¿Tienes préstamos estudiantiles? Es hora de hablar con un abogado o abogada de quiebras

Si tienes préstamos estudiantiles y sientes que no puedes más, no estás solo. Casi 4 millones de personas están en grave atraso con sus pagos, y el gobierno federal ha anunciado que comenzará a cobrar agresivamente. Eso incluye embargos de salario, confiscación de reintegros de planillas y hasta descuentos en el Seguro Social.

Muchos piensan que no hay escapatoria. Que la quiebra no ayuda porque “los préstamos estudiantiles no se eliminan”. Pero eso no es del todo cierto. Desde el 2022, existe un nuevo proceso creado por los Departamentos de Educación y Justicia de EE. UU. que permite cancelar esa deuda si puedes demostrar que representa una carga económica insostenible.

Con este procedimiento, miles de personas ya han logrado eliminar total o parcialmente sus préstamos. De hecho, según datos recientes, más del 85% de los casos presentados bajo esta nueva vía han resultado exitosos.

Además, si estás en riesgo de embargo, una radicación de quiebra activa automáticamente una protección legal (conocida como automatic stay) que detiene todos los cobros. Eso te da tiempo para organizar tus finanzas, solicitar un plan de pago, o radicar la petición para eliminar la deuda estudiantil.

La quiebra no es para todo el mundo. Pero si vives cheque a cheque, perdiste tu empleo, te embargan el sueldo o simplemente no puedes más con el peso de tu deuda, puede ser una herramienta poderosa. No se trata de rendirse, sino de reorganizar tu vida y empezar de nuevo.

Muchos aún no lo saben porque durante años se repitió como mantra que los préstamos estudiantiles eran “intocables” en quiebra. Eso cambió. Pero para aprovechar este alivio, necesitas orientación legal. Cada caso es distinto, y solo un abogado o abogada de quiebras podrá decirte si calificas y qué pasos seguir.

No esperes a que te quiten el poco dinero que tienes. No ignores las cartas de cobro. No te resignes al estrés eterno. Llama al 787-848-0666 y averigua si puedes cancelar tus préstamos.

Podría ser el primer paso para recuperar tu tranquilidad financiera.